lunes, 20 de octubre de 2008

Alimentación de la Embarazada


Hay etapas de la vida en que la alimentación juega un papel importante, y es durante el embarazo. Es en esta etapa cuando se requiere energía adicional para sostener las necesidades metabólicas de la gestación y el crecimiento fetal, el cual solo es optimo cuando la madre acumula una cantidad importante de depósitos corporales. Es frecuente escuchar que la mujer embarazada debe comer por dos y este es un concepto equivocado; existen parámetros claros y confiables que garantizan el crecimiento y desarrollo del feto y una buena salud para la madre.

Aunque una mujer desnutrida puede procrear un hijo sano, existen estudios que demuestran una estrecha relación entre la dieta materna y el estado del niño al nacer; así como la relación entre un estado nutricional deficiente con la presencia de complicaciones usuales en el embarazo, como anemia, toxemia y parto prematuro.

La ganancia de peso durante el embarazo debe ser constante y a un ritmo moderado; usualmente la embarazada aumenta entre 9 y 12 kg de peso aunque hay variaciones considerables. Cuando la madre aumenta mucho de peso tiene mayor riesgo de presentar eclampsia, preclampsia, diabetes gestacional y dificultad en el momento del parto. Si por el contrario la madre no se alimenta bien puede tener un bebe con bajo peso al nacer por retraso del crecimiento intrauterino o por prematurez, también se pueden presentar anemias por deficiencia de hierro y ácido fólico de la madre.

En el embarazo se pueden distinguir dos períodos nutricionales. El primer trimestre, en que el crecimiento del niño es relativamente pequeño, acompañado con el peso del cuerpo de la madre.
A partir del tercer mes los requisitos son mayores. Una desnutrición en este período actúa en detrimento tanto de la madre como de su hijo y puede repercutir en el proceso de la lactancia. La madre sometida a una dieta deficiente no acumula las reservas necesarias durante el embarazo, produciéndose el agotamiento materno al tener que subsidiar la lactancia a expensas de sus propias reservas. Además algunas deficiencias especificas, como el caso del hierro, pueden repercutir en bajas reservas del niño, que la lactancia no podrá suplir.

Consejos nutricionales para problemas comunes en el embarazo
Obesidad. A una mujer que inicie el embarazo con sobrepeso u obesidad, no se le recomienda seguir una dieta de reducción de peso; lo mejor que puede hacer es plantear cambios en los hábitos de alimentación que generen una dieta más balanceada. El sobrepeso durante este período puede llevar a la futura mamá a padecer algunas enfermedades como la eclampsia y la preclampsia y también a dificultar el momento del parto.
Náuseas. ocurren generalmente durante el primer trimestre de embarazo, son normales y no implican enfermedad. Se pueden disminuir esta sensación con el fraccionamiento de la alimentación, evitando comidas copiosas. Ingerir líquidos con cuidado, se recomienda consumirlos 1 o 2 horas antes de las comidas. En las meriendas se recomienda comer galletas de soda. Evitar alimentos muy sazonados o con mucha grasa.
Anemias. Durante el embarazo hay alta incidencia de varios tipos y grados de anemias. Entre las usuales están:
Las deficiencias de hierro que usualmente se maneja con suplementos y la anemia megaloblástica que es causada por deficiencia de ácido fólico, ésta también se maneja con suplementos, pero se puede reforzar con alimentos fuente de estos nutrientes, por ejemplo ricos en hierro, comovísceras en general, morcilla, carne roja, leguminosa. Ricos en ácido fólico, como, arroz, naranja, leguminosas, espárragos, brócoli. Recordar que en el embarazo se incrementan los requerimientos de calcio alrededor de 1200g día debido a la formación y mineralización del esqueleto fetal.

Estreñimiento.Se presenta especialmente durante la última mitad del embarazo. Contribuyen a esta situación la cantidad de presión ejercida por el feto sobre el tracto digestivo y el espacio insuficiente. Se sugiere consumir mayor cantidad de fibra, frutas, vegetales y cereales íntegros; tomar más líquido, incrementar un poco el ejercicio y evitar laxantes.
Agrieras. También se presentan como resultado de la presión del útero sobre el estómago. Se pueden corregir evitando alimentos demasiado sazonados y/ o grasosos; también el té, la cafeína y las bebidas que las contengan, además fraccionando la alimentación.

Recomendaciones alimentarías para la embarazada.
Recordando que cada embarazada tiene sus necesidades, gustos y mundo individual, y como tal se le debe tratar, daremos una guía general para este período, ya que es vital reconocer que desde que se produce la concepción hasta que nace el bebé, la alimentación marca pautas claves en el crecimiento y desarrollo del nuevo ser:

Alimentación diario durante el embarazo

Leche, yogurt, kumis, Queso, Carne, pollo, pescado, tubérculos, plátanos leguminosas, grasas, azúcares,cereales, pan, huevo,frutas, hígado, y vegetales, especialmente, amarrillos y verde intenso.

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